TERTULIA POLÍTICA
La naturaleza de los hombres
soberbios
y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad
y abyectos y humildes en la adversidad /
Nicolás Maquiavelo
y viles es mostrarse insolentes en la prosperidad
y abyectos y humildes en la adversidad /
Nicolás Maquiavelo
Graco / Vera / Soberbia / protagonismo
Pedro Martínez Serrano
Fiel a su naturaleza, el
gobernador Graco Ramírez es un
sujeto que desde que llegó a Morelos, le ha apostado a la polarización, hasta conseguir
lo que hoy ocurre en nuestra entidad, que naufraga en medio de un enfrentamiento
social, en donde de un lado se coloca a los malos y en el opuesto a los buenos,
como nos acusamos unos y otros; en un estado en donde los que están mal son los
de enfrente y no se acepta el error ajeno; en donde el pleito es permanente, porque
siempre hay dos dispuestos a responder y asumir sus consecuencias.
Lo anterior viene a tema, porque
en los meses más recientes, desde el Palacio de Gobierno, desde todos aquellos
frentes de que dispone el gobernador Ramírez,
especialmente sus pasquines en renta: Diario
de Morelos y Morelos Habla, en el
ámbito local y Reforma y Milenio, en la Ciudad de México, se golpea, se cuestiona y se difama,
la mayoría de las veces con el argumento ramplón de una fuente oficial; se acusa sin prueba; se busca pleito y se
encuentra.
Y eso es precisamente lo que
ocurre hoy en esta tierra, en donde el gobernador Graco Ramírez se cansó a golpear, difamar y desprestigiar lo mismo
a empresarios que a quienes piensan distinto a él. El problema no había acusado
gravedad. Hoy la tiene, y la tiene porque hubo respuesta a sus bravatas.
Apareció alguien que a medida que
avanzan los escándalos, se coloca en el mismo nivel que el tabasqueño, en la
arena del golpe bajo, de la acusación sin prueba y del proselitismo aventurero y oportunista, que sacrifica lo que se cruce a
su paso, con tal de satisfacer intereses personalísimos de poder y dinero,
el rector de la Universidad Autónoma del Estado, Alejandro Vera Jiménez hace lo que critica, actúa frente al espejo de la soberbia y la arbitrariedad, se
convierte en calca, en ese producto de similares, corriente y de mala calidad
que tanto cuestiona y acusa.
Hoy, en una guerra sin cuartel,
en la que cada uno echa mano de sus pertrechos e improvisaciones; de las
herramientas, funcionales o destartaladas a su alcance, el rector Vera Jiménez y el gobernador Ramírez Garrido, se lanzan rudísimas
acusaciones, embarran al estado y a los morelenses con sus estercoleros. Por un
lado, los medios en la nómina de Graco
y, por el otro, aquellos de que dispone la UAEM, incluidas las páginas de la revista Proceso, al servicio de Javier Sicilia Zardain y en la nómina
de la máxima casa de estudios.
Ese tono bravucón y fantoche; esa
soberbia desbordada cobijada en piel de oveja, con que camina el rector Vera, es consecuencia de que en dos
ocasiones anteriores arrodilló, esquinó al Estado, representado por el Congreso
y el Ejecutivo, a dialogar a su gusto, a someterse a sus condiciones y a
colocar las cosas en el rumbo correcto, en el camino electorero y complaciente
a su aspiración mesiánica y enloquecida, de ser candidato a la gubernatura.
Y aunque en un principio dejó correr
rumores de que buscaría la candidatura independiente, sin partido, lo cierto es
que Alejandro Vera Jiménez y su manejador;
su publirrelacionista Javier Sicilia decidieron
aliarse al radicalismo y a la improvisación que representa Andrés Manuel López Obrador y su Movimiento de Regeneración
Nacional (Morena), de ahí la decisión de entregar hasta 2 millones y medio de
pesos al mes, al proyecto del también tabasqueño.
Con las cuotas que me dicen que
asegura su candidatura al gobierno del Estado por Morena (a ver qué piensa
Rabindranath Salazar), el doctor Alejandro
Vera dispone de recursos oficiales con fines político partidistas, de ahí
que creo que es correcta la decisión del Congreso del Estado, de ordenar una
auditoría a su administración que, por cierto,
me aseguran que desde el inicio de su rectorado ha evadido el pago del
IVA, ISR y cuotas al seguro social que, en conjunto, suman una verdadera
fortuna, cuyo destino es necesario aclarar.
Y, hablando del Congreso local, cuya
mayoría de integrantes me parecen oportunistas e improvisados, creo que es
conveniente destacar que el doctor Vera
Jiménez no ha conseguido chamaquear
a su presidente de la Mesa Directiva, el diputado Francisco Alejandro Moreno Merino que, con todo y ese estilo serio
y firme que a tantos incomoda, ha mantenido el orden dentro del recinto, como el
respeto al inmueble de quienes han intentado asaltarlo con plantones y
manifestaciones.
En una ocasión en que nos
encontramos con el rector Alejandro Vera
Jiménez, en la sede del Congreso
del Estado, escuché claro y fuerte, cuando
el diputado Moreno Merino le saludó
y, ese saludo lo acompañó con la frase !Al
rector mi respeto, al activista la ley! Y aunque pareció broma, creo que atajó
los afanes protagónicos y oportunistas del doctor Vera, en el inmueble legislativo de Matamoros.
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