TERTULIA POLÍTICA
UAEM /Honorabilidad despostillada
Pedro Martínez
Serrano
Fiel a mi opinión sobre el
perredismo en Morelos, especialmente el surgido en la era de la Nueva Visión,
ese estilo ramplón, irresponsable y corruptor como se hace política con Graco Ramírez, no comparto ni el
estilo, ni las formas con que se conduce la diputada Hortencia Figueroa Peralta, presidente de la Junta Política y de
Gobierno en la LIII Legislatura, sin embargo en esta ocasión, me parece que
asumió una actitud responsable y valiente, frente a la ligereza con que actúa y
se expresa el rector de la Universidad Autónoma del Estado (UAEM), el doctor Jesús Alejandro Vera Jiménez quien, por cierto, hoy también rindió su
cuarto informe de labores al frente de la máxima casa de estudios.
Lo que ocurre en Morelos, es delicado,
profundamente delicado, por un lado, el gobernador Graco Ramírez se mueve al filo de la ilegalidad, motiva la
impunidad y parece complacido con la presencia de peligrosas bandas delictivas
en Morelos. Su solución a los graves impactos que genera la inseguridad y el
crimen a la ciudadanía, es negarlos.
En contraste hoy, la Universidad
Autónoma del Estado ha sido arrastrada al cumplimiento de caprichos personales
que comparte el rector Jesús Alejandro
Vera y su hombre; su asesor estelar, Javier
Sincilia, quienes ven a la comunidad universitaria como el instrumento golpeador
y de sometimiento de las instituciones, hoy en manos de corruptos y ladrones, a
los que empiezan a imitar con puntualidad el jefe del gobierno universitario y su
equipo de primer círculo.
El fin de semana, luego de la manifestación
que encabezó él mismo, apoyado por diferentes organizaciones sociales a las que
engañó con el cuento del teléfono descompuesto: me dijeron; estoy enterado;
trascendió, decía Vera Jiménez que
el Congreso del detalla una ley para golpear a la autonomía universitaria;
basado en el dicho sin rostro, en el rumor de mesa de café, gritó y gritó
acusaciones en contra de diputados locales; lo que no se atrevió a pronunciar,
por ese lado cobarde que posee, lo mandó decir con sus golpeadores mediáticos:
la UAEM va a obligar a abrir las josas clandestinas de Jojutla, las
Fosas de Hortencia, con el añadido de que el asunto podría motivar
problemas legales para la legisladora.
Repito, es una persona con la que
jamás he cruzado palabra; se me hace altanera, mal educada y mal agradecida,
sin embargo creo que en esta oportunidad, en la conferencia de prensa que prensa
que ofreció, mostró valor político para atajar la embestida del destemplado
rector y quienes lo manejan, en contra del Congreso del Estado y de ella misma.
Sin el menor rasgo de temor,
segura y de frente, la diputada Figueroa
Peralta retó al rector Vera Jiménez a
probar las acusaciones que lanzó a la ligera a las afueras de recinto legislativo
de Matamoros, porque los diputados no tienen ninguna intención persecutoria;
porque no proyectan ninguna modificación a la ley orgánica de la universidad y
mucho menos intervenir en su toma de decisiones.
Y sobre el caso de las fosas que
dice el rector que son clandestinas, en el panteón municipal de Jojutla, la
legisladora y ex presidente municipal de aquel lugar, se dijo complacida de que
el asunto se resuelva y se transparente para bien víctimas; como debe resolverse
también la auditoría que se aplica a la UAEM y transparentarse el manejo de los
recursos de los mexicanos, para bien de los morelenses.
Por cierto, en el discurso que
leyó el rector el viernes anterior a la entrada del Congreso del Estado, advertí
una altísima carga lopezobradorista en la redacción del documento que, naturalmente,
no redactó él mismo, es incapaz de hacerlo. He tenido documentos a la mano, escritos
con su puño y letra y es incapaz de hilvanar ideas correctamente.
Por ejemplo advirtió:
(…) Sin embargo, asumirse como una universidad socialmente responsable en
estos términos, molesta a los poderes
dominantes y a las partidocracias que quisieran ver una universidad acrítica,
sumisa, ciega y sorda ante la realidad, sometida a los criterios del mercado y, sobre todo, cómplice de la
tiranía responsable de la crisis humanitaria que agobia a las y los morelenses.
Y más:
(…) Se ha intentado vulnerar su autonomía desde el Congreso del Estado; el
gobierno estatal ha desconocido compromisos financieros y de infraestructura
adquiridos con la Universidad; ha pretendido reducir el presupuesto anual que
le corresponde constitucionalmente a la UAEM; y también desde el poder político
se orquestan campañas mediáticas orientadas a denostarla y a deslegitimarla
socialmente.
Por su parte, el Congreso del Estado, en lugar de mandatar investigar y
castigar los crímenes ocultos en las fosas clandestinas, en lugar de
solidarizarse con los familiares de las víctimas y de acompañarlos en la
búsqueda de justicia, ordena una auditoría facciosa a la UAEM.
Estas acciones son, a todas luces, una consigna política contra los
universitarios, un acto de represión de Estado frente al posicionamiento
ético-político de nuestra Universidad, no
solamente en el caso de Tetelcingo sino, en general, ante su compromiso de
articularse con los pueblos y comunidades morelenses a fin de poner a su
servicio el conocimiento que genera a la vez que nutrirse del que ellos tienen,
esto es, de caminar a su lado y construir con ellos una realidad distinta y
mejor a partir de su propia concepción del mundo y de la vida.
Hasta aquí, las citas de un
rector acorralado en su protagonismo en su ansia de poder y dinero, más dinero del
que supongo que ha amasado, con la asignación de contratos, la contratación de
servicios y más liberaciones de recursos que, de manera tramposa, al final sólo
le benefician a él y a su pandilla.
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