TERTULIA POLÍTICA
Espín, traiciones y ambiciones
Y, como en el relato hecho obra literaria
del español Lope de Vega,
que el asesino del comendador fueron todos; ¡Fuente Ovejuna
lo hizo!, atajó el pueblo... En el Congreso del Estado,
en el manejo de los recursos están todos
que el asesino del comendador fueron todos; ¡Fuente Ovejuna
lo hizo!, atajó el pueblo... En el Congreso del Estado,
en el manejo de los recursos están todos
Pedro Martínez Serrano
En los días más recientes, al
interior del Congreso del Estado se ha pretendido empujar un ambiente de
ingobernabilidad y, en consecuencia, se han generado filtraciones sin el
acompañamiento correspondiente de pruebas, con el objetivo de generar las
condiciones, para que el diputado ex priísta y ex aliancista, hoy perredista, Julio Espín Navarrete, asalte la
presidencia de la mesa directiva.
No es la primera vez que, en
satisfacción de ambiciones personales, el también ex presidente municipal de
Puente de Ixtla, echa mano de su recurso más empleado, del sello que lo
etiqueta: la traición y el golpe bajo, como dicen de manera coloquial, la cuchillada por la espalda, como lo
hace hoy en agravio del grupo de legisladores que encabezan la mesa directiva,
que preside el priista Francisco Moreno
Merino.
Y sin entrar en defensa del ex
diputado federal, porque si algo sabe hacer, es enfrentar las embestidas y salir
victorioso de la mano de la legalidad, hay que anotar que el sobado tema del
manejo presupuestal, es un asunto en el que todos los legisladores han tenido
que ver, especialmente el hoy coordinador del PRD, Julio Espín, el representante popular que más cuesta a la tesorería
del Congreso, por el abultado número de personas que tiene en nómina, los vehículos
de que dispone y los recurrentes gastos de lucimiento personal en que incurre.
El ixtleco que difícilmente se sometería
a un antidoping, por su presunta adicción a la cocaína, ha construido su
carrera política sobre débiles
soportes de traición y agandaye; acompañado de un fuerte tufo a corrupción y al
filo de la navaja; siempre bajo la sospecha de vínculos con grupos criminales.
El escándalo y el desvío de los recursos públicos es lo suyo.
De acuerdo a información del
momento, en su primer periodo como presidente municipal, Espín Navarrete incurrió en un feroz saqueo del ayuntamiento (averiguación FSP/01/13/2008, por el delito de peculado, por 9 millones y medio de pesos),
asunto que le fue encubierto por funcionarios panistas, en cuyos brazos se dejó
caer y, en agradecimiento, se convirtió en un vulgar espía, un priista traicionero que iba y contaba, todo
aquello de lo que se enteraba en juntas cupulares encabezadas entonces, por
quienes lo inventaron: Maricela Sánchez
Cortés y Guillermo del Valle Reyes.
Entregó entonces comprometedoras grabaciones de audio y video.
El ahora representante popular
perredista, ha aceitado una destartalada
maquinaria mediática, con el objeto de mantener una rabiosa campaña en
contra de varios diputados, especialmente su antecesora en la coordinación del
grupo parlamentario del PRD, Hortensia
Figueroa; el graquista número uno en el Congreso, Jaime Álvarez Cisneros y, naturalmente, Francisco Moreno Merino quien, por cierto, no ha hecho nada más que
arropar en sus momentos complicados al ahora rabioso perredista.
Puntual a su sello de traición,
Espín golpea con rabia al
diputado Jaime Álvarez Cisneros
quien, en atención a la amistad, le
vendió a precio de regalo la propiedad que ocupó durante años como oficina,
allá en el rumbo de Acapantzingo.
Abusivo y ventajoso, acostumbrado
a traicionar, Julio Espín se ha
visto involucrado en casos profundamente delicados, por estar relacionados con criminales.
El ejemplo a la mano, el caso del ex presidente municipal de Tetecala, Víctor Tapia Ocampo, ejecutado en
septiembre de 2013, luego de ser secuestrado, cuyo antecedente fue el escándalo
que encabezó, a fines de junio de ese año, en un antro de mala muerte, (http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/video-exhiben-a-los-gentleman-de-morelos-1372257252)
precisamente al lado del ahora coordinador perredista.
En el largo listado de asuntos de
corrupción y abuso, en que ha incurrido el ixtleco, incluye los dos carros de
que se adueñó en su anterior paso por la legislatura del Estado, dos jettas que
se negó a devolver.
La bajeza del señor Espín, la ilustran a carcajadas los
vecinos de la colonia Margarita Maza de Juárez de Cuernavaca, en cuyo andador
14, visitaba a una jovencita a la que dicen que maltrataba, para luego pedirle
perdón al estilo mexicano, briago y a grito de mariachi.
Los escándalos y ridículos que
encabezó, incluyen su llegada una madrugada, corriendo y encuerado, al
domicilio de su novia en Alta Vista; venía bien borracho y, yo supongo que
drogado, recuerda quien lo vio, porque
pedía perdón a gritos y le decía que si no salía se iba a matar.
Obviamente, los lugareños se
atemorizaban, por el aparatoso equipo de seguridad que lo acompañaba y, al más
clásico estilo de la maña, llegaban a
bordo de una camioneta de lujo, de la que bajaba el ahora diputado y, hasta
tres carros de escoltas fuertemente armados.
Eran los días en que se decía
amenazado por grupos criminales de la región sur, pero también cercanos a
cuando fue asesinado su asesor Víctor Tapia Ocampo.
A mediados de junio pasado,
cuando se fue al PRD, quien celebró el hecho, fue el diputado de Nueva Alianza,
Francisco Santillán quien dijo entonces:
Respecto al tema de Julio Espín: A Nueva Alianza no le debe explicación, se la debe a los ciudadanos de
Puente de Ixtla y Amacuzac.
Ese es el diputado Julio Espín, el mismo que olvida que en
el tema de los recursos del Congreso del Estado, los pasivos son consecuencia del retraso en la entrega de
participaciones de la Federación al Estado y, a su vez, del Estado al
legislativo.
Y, como en el relato hecho obra literaria
del español Lope de Vega, que el asesino del comendador fueron todos; ¡Fuente
Ovejuna lo hizo!, atajó el pueblo... En el Congreso del Estado, en el
manejo de los recursos están todos.
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