lunes, 16 de enero de 2017

TERTULIA POLÍTICA

Chipotes de la democracia / Independientes



Pedro Martínez Serrano
Creo que son muchos los ingredientes que se requieren para ganar una elección; el más importante de ellos, el voto ciudadano, sin embargo son más los factores que inciden en el direccionamiento del voto, entre los que destacan la popularidad del candidato y, el dinero, ese poderoso elemento que todo lo puede, todo lo abre y todo lo altera. Y ofrecen el mismo peligro; ocultan altísimos riesgos. El peor de ellos, que improvisados, ignorantes y hasta criminales asciendan al poder por medio del sufragio. Son los chipotes de la democracia.
     El ejemplo más claro del fracaso democrático en Morelos, es el ungimiento de Cuauhtémoc Blanco como presidente municipal de Cuernavaca. Fue un talentosísimo futbolista, pero nada más. No conoce la ciudad, ni a su gente. Nunca ha sido parte del servicio público y, por ello, no tiene la más mínima idea de su conducción. Agarra partido con quien no debe y hace alianzas con quienes mejor lo engañan, incluidos los ladrones que lo rodean, entre ellos José Manuel Sanz Rivera y Alejandro Villarreal Gasca.
     Pero no sólo él, Cuauhtémoc, ejemplifica el fracaso democrático; lo hacen también diputados locales y federales, como también senadores que, a pesar de ser ignorantes y ladrones, gozaron del bono que ofrece la representación proporcional, el espacio que se regala a los partidos aventureros en manos de vividores.
    Y por si faltara, se abrió un nuevo frente, una nueva oportunidad de que oportunistas y resentidos, espontáneos de autoestima alta; de esos que animan su reconocimiento en el autoengaño y creen que ser el hazmerreir, es sinónimo de popularidad, también puedan acceder al gobierno, a través de los mecanismos de la elección popular.
    No dudo que haya gente bien intencionada y decidida a participar con el objetivo mayor, de corregir, de hacer lo correcto como representantes populares, lamentablemente, los más, son aprovechados, sujetos desvergonzados y vividores que, sin posibilidad en los partidos, se refugia en su condición ciudadana y, como si no supieran lo que ocurre en el interior de los partidos o hayan sido parte de la podredumbre que hoy critican, se llamen extrañados.
    El ejemplo de lo anterior, es el todavía dirigente de lo que queda de la Federación de Trabajadores de Morelos, el brazo obrero, el corporativo de los trabajadores, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Vinicio Limón Ribera, quien con recursos de esa central, hace poco más de un año empezó el proyecto que nació muerto, denominado Transformando Morelos, a través del cual anda embaucando con la intención de ser candidato a gobernador.
    Como Vinicio, hay muchos personajes que buscan las candidaturas independientes, motivados por lo que pasó en Nuevo León, con su hoy decepcionante gobernador Jaime Rodríguez El Bronco asesorados por gente que sobre el tema conoce muy poco o, en el peor de los casos, generan falsas expectativas y a la par, recursos a las cuentas personales. Que yo sepa ninguno conoce siquiera al principal escultor del adefesio electoral norteño, el talentoso Memo Rentería, el propietario de la firma que piensa y siente como la gente.
    Sin embargo ya hay también por ahí, algunos locuaces que amparados en que son empresarios y millonarios, ya calzan botas, como si sólo eso bastara para ganar las elecciones, a condición de promoverse como ciudadanos. Y no solo hacen el ridículo, permiten que la gente se pitorree de ellos y les quite dinero, con el también trillado cuento de que dirigen a la gente de la colonia o el poblado.
    Me parece que el tema de las candidaturas independientes, se debe tratar con muchísimo cuidado, con mucha seriedad, en razón de que la improvisación y la voracidad, podrían constituir el entierro de esa figura, cuando todos creen poder con el abanderamiento de una candidatura. Todos creen que lo que hacen es lo que la ciudad, el congreso o el estado necesitan. Se requiere evaluar con mucho cuidado la capacidad, popularidad y honorabilidad de los contendientes. No es más inteligente, no más popular, ni mejor visto ante la sociedad, quien tiene más dinero.
    Y aunque la deplorable condición en que se encuentran y se presentarán los partidos a la contienda, en particular el PRD, que abandera Rodrigo Gayosso, hijastro y cobrador de comisiones de Graco Ramírez, así como el debilitado y desorientado PAN, en manos de Juan Carlos Martínez y el PRI, bajo la desgastada dirigencia de Rodolfo Becerril, todos sometidos a los billetazos del PRD, abonan a la oportunidad de los ciudadanos, la misma se puede hacer agua y dejar el camino libre al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

    Así las cosas, si la ciudadanía tiene el talento de hacer de lado a los oportunistas, como se tejer las estructuras electorales de que disponen los partidos, el 2018 podría constituir el momento para sanear el gobierno, de otro modo, será un asunto a resolver dentro de dos o tres generaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario