TERTULIA POLÍTICA
México arde / Morelos moribundo / BC, ley del garrote
Pedro Martínez
Serrano
Mientras que en el ámbito nacional,
la tibieza, tanto como tramposa y corrupta administración presidencial, a cargo
del disminuido Enrique Peña Nieto,
coloca al país al borde del colapso, México
arde, el mexiquense no le echó el cerillo a la gasolina que se riega a lo
largo y ancho del país, no, él decidió subirle el precio y arrodillar a los
mexicanos a la usura de los gasolineros, pero también de la Secretaría de
Economía y de la Profeco. Dio manga ancha a los dueños de gasolineras, un
sector económico por años privilegiado, para que robe indiscriminadamente, con
un cinismo ofensivo.
El explosivo descontento
social de los mexicanos, es atizado por el abuso, todo indica que autorizado por
la complicidad con el primer círculo presidencia, abanderado por el Secretario
de Gobernación, Miguel Ángel Osorio
Chong, de quien me dicen que hace negocios, “cobra piso”, lo mismo en Baja
California, con el represor Francisco
Vega de Lamadrid, como lo hace también en el Morelos moribundo, que sólo Graco
Ramírez no ve, no siente y no atiende.
El abuso agraviante, la
complicidad descarada y el saqueo que desfonda al país, aumenta el descontento
social y si bien, la manifestación de rechazo a lo que hoy nos ocurre en
México, se acentúa en tres o cuatro estados, especialmente Baja California, en
donde el (des) gobernador Vega de
Lamadrid, es apoyado para que aplique el garrote en contra de quienes
expresan su oposición al abuso económico y el atropello abusivo de la Constitución
General de la República, que se intentó con la privatización del agua potable, que al final se derogó, pero
dejó por ahí “letras chiquitas” para permitir el robo por la prestación de ese
servicio.
Lo que sucede hoy en México,
es responsabilidad política de Peña
Nieto, de nadie más, es tan responsable de que los gobernadores sean
vulgares ladrones que, aglutinados en un cartel denominado CONAGO y presidido,
según estudios oficiales, por el peorcito, el más cínico, Graco Ramírez, como también por el desprestigio de las
instituciones nacionales, producto de la burla en que se incurre con la
impunidad que se ofrece a los ladrones que, como Javier Duarte y una docena más de ex y actuales mandatarios
estatales que se enriquecen hasta la locura.
En nuestra entidad en el Morelos Moribundo, convertido en
cementerio a cielo abierto, ya no despacha Graco
Ramírez, (des) gobierna a control remoto, ni siquiera del Distrito Federal
desde el refinado barrio de Polanco, no, recorre el país, con cargo al erario
y, obvio, deja en manos de su delicado y modoso Rodriguito Gayosso los negocios de la familia.
Y mientras los flamazos lastiman
a millones de Mexicanos, el presidente Peña
me parece hasta ingenuo, de pena
ajena: “reconozco que vendrán tiempos complejos”, dice y reitera su decisión de
trabajar para favorecer la economía de todos, ante lo cual hay que recordarle
que no vendrán, los tiempos complejos, difíciles y explosivos, ya están aquí,
ya nos alcanzaron, mientras que el manejo económico es un fracaso, es un
suicidio para millones de quienes viven en pobreza extrema, que hoy sobreviven
en condiciones paupérrimas.
Frente a lo anterior, no
queda más que esperar lo peor, que sumarse a las movilizaciones de descontento
que, como en Baja California, mantienen la paz y la tranquilidad soportadas en
alfileres, tambaleantes y expuestas a que ante el más mínimo error oficial, se
quiebren, exploten.
Así como en Baja California
y en el resto del país, en Morelos las cosas están delicadas, a consecuencia de
que el crimen organizado tomó posesión de la estructura gubernamental; la
complicidad entre grupos criminales y la Policía Morelos es evidente, sólo un
ciego no la ve; sólo un sordo no escucha las historia de sangre y muerte
solapadas, encubiertas por el difamador Alberto
Capella.
Así como acá en Morelos, el
gobernador Ramírez y su pandilla de diputados corruptos se le
arrodillan, se le inclinan a placer y actúan de acuerdo al dictado del enloquecido
y pasional Rodrigo Gayosso ignoran,
hacen como que no ven que Morelos se encuentra moribundo, en el país, el
presidente Peña, sus diputados, sus
senadores y sus secretarios, se enriquecen cínica y escandalosamente y dejan
que la sangre corra y golpean al pueblo con rudeza.
Lo anterior, no es más que
el anuncio de que en el 2018, los mexicanos decidiremos, los morelenses
decidiremos por el cambio que, en esta oportunidad, la representan Andrés Manuel López Obrador y Rabindranat Salazar Solorio, creo que
nadie más, incluidos los “independientes”
y espontáneos que una cosa es como se ve y otra como los ve la población.
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