martes, 31 de enero de 2017

TERTULIA POLÍTICA

México arde / Morelos moribundo / BC, ley del garrote


Pedro Martínez Serrano
Mientras que en el ámbito nacional, la tibieza, tanto como tramposa y corrupta administración presidencial, a cargo del disminuido Enrique Peña Nieto, coloca al país al borde del colapso, México arde, el mexiquense no le echó el cerillo a la gasolina que se riega a lo largo y ancho del país, no, él decidió subirle el precio y arrodillar a los mexicanos a la usura de los gasolineros, pero también de la Secretaría de Economía y de la Profeco. Dio manga ancha a los dueños de gasolineras, un sector económico por años privilegiado, para que robe indiscriminadamente, con un cinismo ofensivo.
El explosivo descontento social de los mexicanos, es atizado por el abuso, todo indica que autorizado por la complicidad con el primer círculo presidencia, abanderado por el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, de quien me dicen que hace negocios, “cobra piso”, lo mismo en Baja California, con el represor Francisco Vega de Lamadrid, como lo hace también en el Morelos moribundo, que sólo Graco Ramírez no ve, no siente y no atiende.
El abuso agraviante, la complicidad descarada y el saqueo que desfonda al país, aumenta el descontento social y si bien, la manifestación de rechazo a lo que hoy nos ocurre en México, se acentúa en tres o cuatro estados, especialmente Baja California, en donde el (des) gobernador Vega de Lamadrid, es apoyado para que aplique el garrote en contra de quienes expresan su oposición al abuso económico y el atropello abusivo de la Constitución General de la República, que se intentó con la privatización del agua potable, que al final se derogó, pero dejó por ahí “letras chiquitas” para permitir el robo por la prestación de ese servicio.
Lo que sucede hoy en México, es responsabilidad política de Peña Nieto, de nadie más, es tan responsable de que los gobernadores sean vulgares ladrones que, aglutinados en un cartel denominado CONAGO y presidido, según estudios oficiales, por el peorcito, el más cínico, Graco Ramírez, como también por el desprestigio de las instituciones nacionales, producto de la burla en que se incurre con la impunidad que se ofrece a los ladrones que, como Javier Duarte y una docena más de ex y actuales mandatarios estatales que se enriquecen hasta la locura.
En nuestra entidad en el Morelos Moribundo, convertido en cementerio a cielo abierto, ya no despacha Graco Ramírez, (des) gobierna a control remoto, ni siquiera del Distrito Federal desde el refinado barrio de Polanco, no, recorre el país, con cargo al erario y, obvio, deja en manos de su delicado y modoso Rodriguito Gayosso los negocios de la familia.
Y mientras los flamazos lastiman a millones de Mexicanos, el presidente Peña me parece hasta ingenuo, de pena ajena: “reconozco que vendrán tiempos complejos”, dice y reitera su decisión de trabajar para favorecer la economía de todos, ante lo cual hay que recordarle que no vendrán, los tiempos complejos, difíciles y explosivos, ya están aquí, ya nos alcanzaron, mientras que el manejo económico es un fracaso, es un suicidio para millones de quienes viven en pobreza extrema, que hoy sobreviven en condiciones paupérrimas.
Frente a lo anterior, no queda más que esperar lo peor, que sumarse a las movilizaciones de descontento que, como en Baja California, mantienen la paz y la tranquilidad soportadas en alfileres, tambaleantes y expuestas a que ante el más mínimo error oficial, se quiebren, exploten.
Así como en Baja California y en el resto del país, en Morelos las cosas están delicadas, a consecuencia de que el crimen organizado tomó posesión de la estructura gubernamental; la complicidad entre grupos criminales y la Policía Morelos es evidente, sólo un ciego no la ve; sólo un sordo no escucha las historia de sangre y muerte solapadas, encubiertas por el difamador Alberto Capella.
Así como acá en Morelos, el gobernador Ramírez y su pandilla de diputados corruptos se le arrodillan, se le inclinan a placer y actúan de acuerdo al dictado del enloquecido y pasional Rodrigo Gayosso ignoran, hacen como que no ven que Morelos se encuentra moribundo, en el país, el presidente Peña, sus diputados, sus senadores y sus secretarios, se enriquecen cínica y escandalosamente y dejan que la sangre corra y golpean al pueblo con rudeza.
Lo anterior, no es más que el anuncio de que en el 2018, los mexicanos decidiremos, los morelenses decidiremos por el cambio que, en esta oportunidad, la representan Andrés Manuel López Obrador y Rabindranat Salazar Solorio, creo que nadie más, incluidos los “independientes” y espontáneos que una cosa es como se ve y otra como los ve la población. 

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