Todavía no muere Eligio viejo y sus herederos
pelean rabiosos por el control de El Mexicano
pelean rabiosos por el control de El Mexicano
Se unen Lilian, Corina y el desflemado Junior, en
contra del regidor con licencia, Valencia López
contra del regidor con licencia, Valencia López
Pedro Martínez Serrano
Los Valencia, los Cuervos de Tijuana |
─No tienen madre… Todavía no entierran al viejo y ya se andan
peleando la herencia… Ve en lo que convirtieron al Mexicano, en un pasquín de
extorsionadores… Ahora el hijo de Lilian, un tal Carlos Eligio, me llamó para
decirme que cualquier asunto relacionado con la información o publicidad con el
“periódico”, que lo viera con él, que porqué él es el jefe de información…
Pedro, me dio risa, no saben ni hablar, pero se están matando, veo que se
unieron en contra del hijo menor de Valencia Roque, el Eligio Valencia López.
Lo anterior me lo comentó un viejo amigo que,
en medio de carcajadas, recordaba los tiempos de la “diferiencia”, como llamaba
Eligio Junior al restaurante la Di-fe-ren-cia; “esos pobres cabrones, son tan
ruines que ya les urge enterrar al viejo; lo peor es que sienten que el hijo de
Sarahí se los va a tragar, porque para colmo, él si se ve trucha. Es el que
quiere meter don Eligio como delegado de Infonavit, aunque tampoco lo vamos a
dejar pasar, ya ves que les gusta quedarse con propiedades ajenas”.
Quien
me platica lo anterior, es un importante activo político, que busca una de las
candidaturas en disputa, con amplia experiencia en el servicio público e
influencia en el sector empresarial y los medios de comunicación.
─Le contesté, porque se identificó como
Eligio Valencia y no tuve el cuidado de preguntarle cuál de todos… Pero cuando
le dije: a sus órdenes don Eligio, él me respondió de inmediato: No, no soy él;
soy Carlos Eligio, el jefe de información del periódico, ese es el motivo de mi
llamada, decirle que me designaron, que cualquier asunto relacionado con
información o publicidad, lo arregla conmigo de ahora en adelante... Ah ´tá
bueno, le dije y antes de que articulara la siguiente frase, me aclaró, me previno
de no tratar ningún asunto con “el bastardo” de los Valencia y, como son
tantos, le pregunté que ese quién era y me lo identificó como el que era
regidor, di por hecho que se refería a Eligio Valencia López.
En un rápido recuento, me
narró cómo va la novela que ya tiene título: “Los Valencia, los Cuervos de
Tijuana”
Luego de la llamada, me
comunicó a un amigo de ambos para saludarme, aunque el tema fue recurrente:
─¿Cómo ve a sus patrones?,
me dijo a manera de saludo, a lo que repuse:
─¿Qué pasó?... Yo no tengo
patrones y menos pendejos… El más abusado de los Valencia ya no coordina… Me
dicen que ya anda tirando sablazos de a 10 mil… Pobre viejo, tan cabrón que fue
y mire cómo fue a terminar, como objeto de disputa de una recua de hijos, ellos
sí, muy pendejos, que no tuvieron el talento de adaptarse a los nuevos tiempos
de la comunicación.
Luego de las escaramuzas y
los saludos, el buen amigo, vinculado también al sector empresarial y a los
medios de comunicación, me comentó la bajeza “y lo hijos de la chingada que son
los Valencia; ya ve que corrieron a un buen de sus trabajadores; bueno hasta a
uno que le decían El Pachas y a muchos, incluidos sus amigos Sarmiento y Anzures”.
Pues sí, le respondí, “son
los estertores de El Mexicano, el periódico se murió y no se dieron cuenta; ahora
se pelean por los pellejos de lo que queda del pasquín que han saqueado hasta
hartarse”-
El
tijuanense, orgulloso de serlo y que ha promovido a la ciudad en diferentes
foros, nacionales e internacionales, lamentó las condiciones en que ahora se
ridiculizan en El Mexicano; “son gente sin dignidad, no supieron decidir a
tiempo hasta cuándo el periódico… Valencia Roque creó parásitos, monstruos,
cuervos que ahora buscan sacarle los ojos… Yo creo que sus ojos, los ojos de don
Eligio, son el muchachito ese que también se llama Eligio, ese medio maleante, al
que hizo regidor y que ahora quiere meter al Infonavit.
“Así
las cosas por acá”, me comentó mi amigo; “me dice aquel que viene usted en
estos días, ¿es cierto?...
─Pues sí, voy a subir a Tijuana, le voy a
ayudar a algunos amigos en sus campañas; ya ve que, como dicen en Guerrero: aunque
sea para hacer los mandados sirvo.