sábado, 2 de septiembre de 2017

Rindió su segundo informe…
A Morelos no le hace falta nada, ¡le
sobra un mal gobierno!: Matías Nazario

Es con hechos que benefician a los ciudadanos, 
como se dignifica la política y se recupera
la confianza en las instituciones

A lo largo de estos dos últimos años, como Diputado Federal, he puesto mi mejor esfuerzo en servir a los morelenses, tanto en mis funciones legislativas como en la gestoría de recursos en apoyo a los Municipios de Morelos.
Como Diputado Federal, perteneciente a las comisiones de Educación y Servicios Educativos; Hacienda y Crédito Público y de la Ciudad de México, he intervenido con el grupo parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, en 336 iniciativas, mismas que han sido aprobadas por el Pleno, mirando en todo por el bienestar de los ciudadanos.
Destaco el proyecto de Decreto que reforma los artículos 2, 4 y 10 de la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro; el proyecto de Decreto que reforma y adiciona los artículos 12 y 19 de la Ley General de Educación y el artículo 78 de la Ley Aduanera.
El bienestar de los mexicanos es mi principal objetivo al intervenir en el proceso legislativo: mejores leyes para un país mejor.
En lo que se refiere a la gestión de recursos, durante el ejercicio de mi encargo, son más de 500 millones de pesos los que he logrado etiquetar del presupuesto federal y que se han traducido en casi 200 obras públicas en escuelas, infraestructura urbana, parques, plazas y espacios públicos en la mayoría de los municipios de Morelos, beneficiando, directa o indirectamente, a más de 300 MIL morelenses, sin importar su filiación política.
Estos recursos se han ejercido directamente por los Ayuntamientos, conforme a la normatividad aplicable, y hemos sido vigilantes que se ejerzan con toda honestidad y transparencia.
Nada es más satisfactorio que ver la alegría reflejada en el rostro de los niños que ven mejorar sus escuelas, como en Xochitepec, Zapata o Jiutepec; o el de los hombres y mujeres que hoy caminan por calles pavimentadas, como en Cuautla; o el gozo de las familias que disfrutan de nuevos o renovados espacios públicos, como los Zócalos de Ocuituco y Emiliano Zapata, la unidad deportiva de Tetela del Volcan, el teatro al aire libre de Ayala, o en el Rodeo y la Toma en Miacatlán.
Es con hechos que benefician a los ciudadanos, como se dignifica la política y se recupera la confianza en las instituciones.
La restauración de la Catedral de Cuernavaca, monumento histórico que es patrimonio de la humanidad y orgullo de los morelenses y que reflejaba en su deterioro el paso del tiempo, es una obra que no podía esperar más, pues el daño estructural podría ser irreversible.
Quiero reconocer la perseverancia del Obispo Ramón Castro Castro.
En el ejemplar impreso que se les ha entregado, se encuentra una relación pormenorizada de las tareas que he realizado como Legislador en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, así como de la gestión de recursos que hemos realizado.
Un representante popular no puede permanecer indiferente ante la realidad que viven cotidianamente sus representados.
No puede aislarse en la comodidad de su puesto, mientras que sus mandantes sufren carencias, inseguridad, desempleo o corrupción, como se vive hoy en Morelos.
Referirnos a la situación que priva en Morelos, resulta obligatorio.
La responsabilidad que ustedes me dieron, me ha dado la oportunidad de conocer otros Estados y otras ciudades de la República; al recorrerlos no puedo dejar de advertir su desarrollo en infraestructura, en su economía, en sus campos, en su turismo, y me pregunto:
¿Qué le hace falta a Morelos para crecer; para lograr un desarrollo como el de esos Estados?
Estoy seguro que muchos de ustedes han vivido la misma experiencia.
A Morelos no le hace falta nada, tiene la riqueza de su campo, de su clima y de su gente; a Morelos no le hace falta nada, ¡le sobra un mal gobierno!
Dentro de poco más de un mes, se cumplirán cinco años desde que dio inició la presente administración estatal.
Las expectativas eran grandes, tan grandes como las mentiras de las que se valió su titular para engañar a los morelenses.
Hoy, es lamentable tener que reconocer que Morelos se encuentra, desde hace más de cuatro años, sumido en un enorme socavón en el que esta administración nos ha colocado, sin consideración ni remordimiento alguno.
En lo económico no hay desarrollo; la generación de empleos es por debajo de la media nacional, por ello se ha incrementado la pobreza.
La prioridad de este Gobierno ha sido hacer del aparato gubernamental el instrumento para confrontar, intimidar y coaccionar a quienes se atreven a cuestionar a la administración, a quienes alzamos la voz para señalar su ineficiencia y su corrupción.
La Universidad del Estado; el líder de la grey católica, las agrupaciones de transporte colectivo, la coordinadora Morelense, las diversas asociaciones civiles, dan cuenta del actuar despótico de quién aseguró serviría a los morelenses con una nueva visión.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en lo que va de este gobierno, se ha incrementado la deuda pública de Morelos de mil 500 millones de pesos, a 7 mil 189 millones de pesos, sin que ese endeudamiento se haya traducido en una mejora en el nivel de vida de los habitantes de la Entidad.
Más del 50% de las participaciones federales que corresponden a Morelos, se encuentran comprometidas por adeudos.
Tendrán que pasar más de dieciocho años para que los morelenses podamos cubrir esta deuda que hoy pesa sobre nuestros hombros.
“En 18 meses no habrá violencia en Morelos”, dijo el Gobernador al asumir el cargo.
La realidad exhibe el incumplimiento de su promesa.
Durante los primeros seis meses de este año, se han registrado en Morelos, 331 homicidios dolosos, 51 más que en el mismo periodo del 2016.
Del primero de octubre de 2012 a junio del año en curso, el Sistema Nacional de Seguridad Pública da cuenta de 2 mil 659 asesinatos que han cubierto de sangre el suelo de Morelos y a quienes aquí vivimos nos ha llenado de temor, pero también de rabia, impotencia e indignación.
Hoy, no hay un solo morelense que no haya sufrido en carne propia o en la persona de un pariente o amistad, el flagelo de la delincuencia.
El Mando Único ha hecho de todo: desde intimidar alcaldes y opositores políticos, menos lo que debiera ser su principal función: garantizar nuestra integridad física y patrimonial de los ciudadanos.
Los resultados prometidos, junto con la confianza de los morelenses en sus autoridades, han sido enterrados en las fosas de Tetelcingo, Jojutla y Xochitepec.
Seguramente no faltará el calificativo de mentiroso u oportunista, disparado por algún usuario de red social, falso o real, al servicio de quienes mal gobiernan Morelos.
Como Diputado local, desde la Presidencia de la comisión de Derechos humanos, señalé y me opuse terminantemente a que el Estado fuera endeudado de esa manera; mi voto a la autorización de endeudamiento que emitió el Congreso de Morelos, fue en contra!; ahí está el semanario de los debates del Poder Legislativo.
Ahí están también mis posicionamientos públicos, como Diputado Federal, solicitando la intervención de la Federación para atender el grave problema de inseguridad que vive Morelos, ante la incapacidad de las autoridades locales para garantizar la integridad física y patrimonial de los morelenses.
Ahí está la solicitud de Juicio Político que en compañía de mis compañeros Diputados Federales Rosalina Mazari y Manuel Vallejo, hemos promovido ante el Congreso de la Unión, por la omisión criminal en que incurrió el Gobernador al no atender con atingencia a las víctimas del socavón del Paso Exprés,
¡Nadie puede decirme oportunista cuando he alzado mi voz, una y otra vez, para señalar el mal gobierno de Graco Ramírez!.
Con Graco, ni complicidades que me hagan partícipe de sus latrocinios, ni silencios que solapen su ineficiencia!
La herencia de este Gobierno será un Estado endeudado; en manos de la delincuencia; con altos índices de violencia contra las mujeres; sin oportunidades para los jóvenes; en parálisis económica; con escandalosos casos de corrupción gubernamental, con una sociedad carente de paz y cohesión social, agraviada por el cinismo y la desvergüenza.
El negro legado será una estela de corrupción que no puede, de ninguna manera, quedar impune!
Cuando la soberbia se apodera del gobernante, se traiciona la confianza ciudadana, se hace mofa del sentir de los morelenses, se corrompe a las instituciones y se abusa del poder para el enriquecimiento personal, no puede haber ni perdón ni olvido.
Estaremos pendientes para que, con el Juicio de la historia llegue también el juicio de los tribunales, para que tanta ineptitud y corrupción no queden impunes y se aplique la Ley con todo rigor.
Hoy quiero expresar, una vez más, mi solidaridad con la comunidad universitaria: alumnos, personal académico, administrativo y autoridades universitarias.
A la comunidad universitaria quiero decirles que empeño públicamente mi palabra para continuar con mis gestiones ante la Federación, hasta lograr el adelanto de los recursos que se requieren para que nuestra máxima casa de estudios pueda seguir operando.
¡No puede haber crimen más grave que atentar contra la educación de los jóvenes morelenses!
¡El responsable tendrá que pagar por ello, Morelos merece un mejor futuro!
Para salir adelante, Morelos requiere de un enorme esfuerzo colectivo que conjunte el actuar de un gobierno honesto y transparente, con una sociedad comprometida con su propio desarrollo.
El gobernante que en verdad se proponga sacar adelante a Morelos, debe propiciar las condiciones para alentar la participación social en los grandes temas de la agenda del Estado.
La voz ciudadana no tiene por qué acallarse, por el contrario, la democracia representativa debe dar lugar a una auténtica democracia participativa y el Estado, a través de las reformas legales necesarias, está obligado a generar las condiciones para que la sociedad se exprese, sus decisiones se cumplan y sus demandas se atiendan.
La corrupción debilita al Estado, degrada el quehacer público, desprestigia a los políticos y extingue la confianza de los ciudadanos en sus instituciones.
La corrupción existe porque se ha privilegiado el interés particular por encima de la gente; porque se han corrompido las instituciones del Estado, privilegiado la complicidad política por encima del respeto a la ley; porque la moral pública ha cedido ante la impunidad. ¡Esto tiene que acabarse!
Para combatir la corrupción, primero hay que combatir la impunidad
¡La sociedad está harta y exige cero tolerancia a la corrupción!
Mi solidaridad y apoyo a los Presidentes Municipales que hoy son víctimas de la delincuencia.
¿Ese es el Morelos de paz que pregona este Gobierno?
La estrategia del Mando Único no solo relego a los Ayuntamientos a asumir la posición de espectadores en la lucha contra la delincuencia.
Está claro que si el mando único es incapaz de garantizar la seguridad de las autoridades, mucho menos podrá hacer algo por la seguridad de los ciudadanos.
En lugar del Mando Único, se precisa una estrategia de coordinación entre las 3 instancias de Gobierno y de éstas con la Federación, para que se sumen esfuerzos y se compartan responsabilidades, ejerciendo racional y proporcionalmente los recursos públicos para fortalecer las instituciones municipales.
No se puede seguir apostando a una estrategia que a lo largo de estos últimos años, ha mostrado resultados negativos.
El gasto corriente se ha incrementado casi el 300% en cuatro años. Su ejercicio no es ni racional ni austero y mucho menos transparente.
Es preciso reestructurar la administración pública estatal, para que opere con las áreas administrativas estrictamente necesarias y evitar con ello que se sigan dilapidando los recursos de los morelenses.
Entre menos gasto se destine a la burocracia, se contará con más recursos para enfrentar las grandes carencias de Morelos y de los morelenses.
Muchos de nuestros jóvenes, ante la falta de oportunidades, caen en las garras de la delincuencia; este Gobierno cree que con la beca salario, que se paga con dinero de la federación, ha solucionado ese problema y eso no es verdad; las estadísticas dicen todo lo contrario.
De nada sirve que nuestros jóvenes concluyan sus carreras técnicas o universitarias, si no habrá espacio en las empresas de Morelos para que puedan emplearse.
Hay que apostarle a la productividad de los jóvenes, incentivar su creatividad, hacerles llegar créditos blandos que les permitan emprender sus propios negocios.
Según las estadísticas, a pesar de la alerta de violencia género que se declaró en la Entidad, el año pasado fue uno de los más violentos en contra de las mujeres morelenses.
En lo que va del año, las cosas no han cambiado, por el contrario, tienden a empeorar.
Se estima que 7 de cada 10 mujeres morelenses, sufren de algún tipo de violencia, ante la indiferencia del gobierno del Estado.
Desde el Gobierno Estatal se anuncian programas de empresas de la mujer, a los que se destina una mínima cantidad del presupuesto gubernamental.
Las mujeres morelenses no necesitan limosnas como las que ofrecen, con bombo y platillo; requieren programas que les permitan elevar realmente su nivel de vida y sacar adelante a su familia.
Requieren programas que les permitan prevenir y evitar la violencia de la que son objeto y que reprobamos terminantemente.
Las mujeres morelenses, aspiran, como todos, a una vida mejor y es obligación del gobierno de Morelos, generar las condiciones para que ello suceda, destinando mayor presupuesto para proyectos productivos, manejados con toda transparencia, para propiciar la autosuficiencia económica de las mujeres.
Recorro cotidianamente Morelos, sus pueblos, ciudades, rancherías, conviviendo con su gente; así aprendí a quererlo como mi patria chica; aquí formé a mi familia, nacieron y crecieron mis hijos.
Conozco Morelos y he escuchado de viva voz los problemas, aspiraciones, sueños y frustraciones de los morelenses: del campesino, del agricultor, del ama de casa, del obrero, del transportista, del empresario, del comerciante, del estudiante, del profesionista; en todos ellos percibo el gran amor que le tienen a esta tierra, pero también su desilusión y su desesperanza.
La situación de Morelos no admite pasividad o indiferencia.
Los invito a unir fuerzas para construir esa sociedad capaz de lograr un mejor futuro para Morelos.
Estoy plenamente convencido que juntos podremos lograr un Morelos diferente, seguro, con oportunidades para los hombres, para las mujeres y para los jóvenes.
Morelos no se nos puede ir de las manos.
Veamos nuestro futuro con optimismo; con la certeza que en la unidad y con un gobierno transparente, honesto y eficiente, no habrá obstáculo que no podamos vencer.
Se avecinan tiempos de cambio; tiempos de tomar las mejores decisiones, con serenidad y viendo claramente que es lo que más le conviene a nuestro Estado.
Se avecina el momento histórico para corregir el rumbo.
Las equivocaciones resultan muy costosas.
Hagamos de Morelos la casa que todos hemos querido!
Juntos, démosle a Morelos la oportunidad de un futuro mejor.
¡Juntos MEJOREMOS NUESTRO MORELOS!

Ha sido, es y será un gran honor ¡SEGUIR SIRVIENDO A LOS MORELENSES!

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