TERTULIA POLÍTICA
Rumores y sismo
Los rumores pueden ser poderosos, destruir matrimonios,
acabar con la carrera de un político o un artista,
quebrar instituciones financieras
y ocasionar conmoción social
acabar con la carrera de un político o un artista,
quebrar instituciones financieras
y ocasionar conmoción social
Pedro Martínez
Serrano
Manolo el amigo (!de lo ajeno!) de fiesta y Jiutepec tiembla ante rumores |
El miedo paraliza, frena el éxito,
aferra a la gente al fracaso y se multiplica como hierba mala, su abono más
enriquecedor es el rumor y la inseguridad de quien lo escucha. El poder del
rumor, ha reportado rupturas matrimoniales, quiebra de empresas, pueblos
fantasmas y hechos de consecuencias mortales.
Para que los
rumores florezcan, debe haber personas inseguras, espantadas y temerosas de que
situaciones ocurridas se repitan, como sucede hoy con el caso del sismo de 7.1
grados que azotó con furia a Morelos.
El ejemplo de
lo anterior, es lo que sucede en Jiutepec, en donde la irresponsabilidad
política e institucional, de su presidente municipal, Manuel Agüero Tovar, el del gobierno amigo (…!de lo ajeno!), ha
dejado que crezca el temor de los residentes de la unidad habitacional El Pochotal, en donde atemorizados por
un grupo de irresponsables, luego del movimiento telúrico, decidieron dormir en
los jardines y estacionamientos, “porque los edificios se cuartearon unos, y se
inclinaron otros”. Ni una ni otra cosa ocurrió, al menos por donde caminó este reportero.
Desde el
momento del sismo, irresponsables y protagónicos representantes vecinales,
ansiosos de reconocimiento, inyectaron altísimas dosis de temor en los
residentes de aquella unidad habitacional, empezaron a desalojar, como si ellos
tuvieran la preparación, para dictaminar las condiciones estructurales de los
edificios.
“Hay fugas de
gas”, “los edificios están cuarteados”, “los daños no se ven a simple vista,
pero los departamentos se pueden caer”, fue parte de lo que escuché ayer, luego
de que se me advirtió: “puede pasar pero bajo su propio riesgo”. Querían que
les firmara una hoja simple, haciéndome responsable de entrar a mi propiedad.
Lo que ocurre
en aquel lugar, en Jiutepec, ante la ausencia de la autoridad, en donde
estúpidamente duermen en jardines y estacionamientos, al pie de los edificios “que
amenazan con caer”, me llevó de la risa a la preocupación, por los alcances que
pueden logar un grupo de idiotas que trata de conducir a personas de buena fe,
que no hacen más que vivir en el espacio que les fue asignado por el INFONAVIT,
hace 25 años.
Mayor gravedad
acusa, que en los servicios radiofónicos, se “informe” sin constatar, que “en
el Pochotal, los edificios resultaron dañados”, que hay terror. Lo que no hace
más que alarmar a la gente que no puede comprobar, a consecuencia de que las
líneas telefónicas colapsaron.
El daño no
para ahí. Durante mi visita para conocer la situación y acreditar que no ocurrió
absolutamente nada, tomando en cuenta la magnitud del siniestro, me di cuenta
que había camionetas ¡entregando víveres! Y comestibles, si, un grupo de
universitarios, entregaban tortas a personas que en el terreno de los hechos,
no sufrieron absolutamente ningún daño y que su permanencia en los jardines y
estacionamientos, al pie de los edificios que, según ellos, amenazan con caerse,
no es más que consecuencia de un miedo consecuencia del rumor.
Me tocó ver
camionetas apretujando trebejos mugrosos, colchones miados y electrodomésticos
destartalados. La gente quiere irse de ahí, porque nadie les había dicho que en
donde viven, es tan seguro como el edificio mejor construido, con los daños
propios del paso del tiempo, de más de dos décadas de ser habitados, pero tan
de pie, como cualquiera en su tipo.
El miedo, el
terror aviva luego de que millones de irresponsables sin escrúpulos atribuyen a
la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o a prestigiadas instituciones de educación
superior, el anuncio de que viene un mega terremoto o que el 23 de septiembre de
acaba el mundo.
Lo que resta
decir es que no hay ser humano, ni tecnología aún creada, que pueda predecir un
terremoto, como recordar el dicho que dicta que “cuando te toca, aunque te quites
y cuando no, aunque te pongas”
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