TERTULIA POLÍTICA
Rector callejero
Pedro Martínez
Serrano
Los cinco años más recientes en
Morelos, han sido los peores en materia de seguridad, educación, servicios
públicos y, en el apartado político, convirtieron a nuestra entidad en un
basurero, un estercolero, en el que se revuelcan los cárteles, las mafias que
encabezan, a la vista, el gobernador Graco
Ramírez y el rector de la Universidad Autónoma del Estado, Alejandro Vera Jiménez.
El primero es un ratero, un
sujeto sin escrúpulos, saqueador y vengativo, responsable de los miles de asesinatos
que reportan las ejecuciones del crimen organizado, de los secuestros, el cobro
de piso y, en conjunto, de haber entregado el Estado a los carteles que operan
en nuestra entidad; lo mismo “Los Rojos”, que “Los Guerreros Unidos”, “La
Familia Michoacana” y el “Cártel Jalisco Nueva Generación”. Todos operan
impunemente con la anuencia, la complicidad del jefe de policía de Graco Ramírez, el tijuanense Jesús Alberto Capella Ibarra.
Las condiciones de volatilidad,
de explosividad social, se acentúan ante la impunidad con que operan las bandas
del crimen organizado, que sin más traba, que la decisión de hacerlo,
arrodillan a presidentes municipales; ahí está el caso de Jorge Toledo, de Mazatepec y el reconocimiento de Capella de que son 13 los alcaldes que
pagan piso.
En materia de servicios públicos,
de ejecución de obras, la estupidez es el sello; en los servicios de salud, se
tronaron las finanzas, se robó hasta ya no dejar nada, más que medicamentos
caducados y con etiquetas encimadas, para seguirlos prescribiendo; equipo
médico de quinta calidad: la educación, se ha convertido en un caldo de cultivo
electoral, con el engañoso otorgamiento de la beca salario, que no sirve más
que para distraer millones de pesos y mantener parasitarias a miles de familias
morelenses.
Las cosas se encuentran
delicadas, muy delicadas, tanto que Graco
no encuentra el momento, la forma, la oportunidad de salir de Morelos, sin
que huela a huida; ya la pesa venir a nuestra entidad, desespera por la
negociación que le permita dejar el gobierno, para no tener que cerrar la
puerta cuando al tragedia termine.
Mientras tanto, golpea con rudeza,
moviliza las instituciones a su cargo y a una runfla de hijos de la chingada
indignos que lo aplauden y golpean en su nombre, para pelear, lo mismo con
alcaldes, como el de Cuernavaca, Cuauhtémoc
Blanco (seguro candidato a gobernador por el PES), que el rector de la
UAEM, Alejandro Vera Jiménez quien,
en su afán de proteger una burocracia dorada y satisfacer ambiciones
personales, hunde a la máxima casa de estudios en el basurero del
enfrentamiento.
Ese rector, presuntamente ladrón,
ha dado muestras de que es un sujeto agachón, tibio y pendejo (RAE: coloq.
Cobarde, pusilánime). Alejandro Vera
Jiménez se mueve a placer y complacencia; es un vulgar títere de Javier Sicilia y cómplice de Mario Caballero, responsable de la
operación de sumas multimillonarias a cargo del patronato universitario quien,
se me confía, hace negocios a placer con el otorgamiento de concesiones y
permisos a diferentes empresas y particulares, para que ocupen de mercado los
campus de la máxima casa de estudios.
El rector Vera, justifica sus acciones, como el endeudamiento del patrimonio
de la UAEM, con el voto aprobatorio del Consejo Universitario, cuya mayoría de
integrantes, responden a sus caprichos, reaccionan a sus abusos, igualito que Graco con el Congreso. Lo que acusan
que hacen los diputados, lo repiten los consejeros.
Las movilizaciones de estudiantes,
en defensa de un rector ladrón, cómplice del saqueo en que se incurre en la máxima
casa de estudios, me parece que no tiene otro fin, que buscar la candidatura al
gobierno del Estado, cuya posición ojalá consiga, para que en la jornada
comicial, no queden no pellejos y confirme el repudio social en su contra. Que entienda
que llenar la plaza con trabajadores, es un recurso muy gastado.
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