TERTULIA POLÍTICA
Vera y Graco frente
al espejo / Sucesión UAEM
Pedro Martínez
Serrano
El rector de la UAEM, Alejandro Vera y el gobernador Graco Ramírez, se odian y su odio
ensucia todo en el Estado, daña a las instituciones, desprestigia lo mismo a
académicos, que intelectuales, a políticos, que empresarios; su estercolero ha
causado muchísimo daño a nuestra entidad y ofrece dañar aún más.
Extraviado
en el cumplimiento de caprichos y consejos de sus asesores estrella, Javier Sicialia y Mario Caballero, el
primero saciando venganzas en contra del peor ladrón que ha saqueado Morelos,
el gobernador Graco Ramírez y, el
segundo, enriqueciéndose hasta el hartazgo
y la locura, a costa de la operación tramposa del llamado Patronato
Universitarios, a través del cual recibe donativos millonarios que pocas veces
reporta.
Hoy
de cara a la renovación de la rectoría, que anuncia el fin al saqueo a que se
le ha condenado, pero también la reingeniería de su administración, el rector
se mueve, sube y baja, desayuna come y cena, con integrantes de la Junta de
Gobierno, ese grupo de sujetos impuestos por el mismo, para mover a placer su
sucesión y, con ello, mantener una burocracia parasitaria, en la que a todos
beneficia, siempre que sean sus familiares y/o amigos.
Ver
a un Graco ladrón, vengativo y agachado a los caprichos y
raterías de su hijastro, Rodrigo Gayosso
y su esposa Elena Cepeda, es ver al
espejo a Alejandro Vera, un cobarde,
pusilánime y cómplice de ladrones que lo han colocado en el banquillo de los
acusados, sujeto a proceso legal que van a proceder dentro de muy poco tiempo,
hasta ponerlo en la cárcel, a donde lo van a abandonar quienes han orquestado
la destrucción de la institución universitaria, el hipócrita persignado Javier Sicilia y el bandido y
organizador de orgías en espacios universitarios, como Los Belenes, Mario Caballero, el mismo que ayudó en
la compra de la “modesta casita” de 6 y medio millones de pesos del
fraccionamiento Paraiso Santa Fe, de la que se hizo Vera y de cuya compra, su esposa María Elena Ávila Guerrero, dio un reporte en redes, para decir yo
no soy como Elena Cepeda y,
sorpresa, son idénticas al menos en cuanto a vivir con un ladrón.
En
el momento de mayor convulsión, cuando ya muchos le recomiendan a Vera irse y dejar a un interino la renovación
del rector, se niega a hacerlo, se empeña en contaminar el trabajo de la Junta de
Gobierno, cuyos integrantes, me dicen que sucumben al cochupo, a la componenda
y la gratificación bajo la mesa, bajo la mesa del titular del Patronato
Universitario, el señor Mario Caballero,
responsable de la operación del dinero negro que presuntamente se blanquea en
la Universidad Autónoma del Estado.
Sabedor
de que navega en medio de la turbulencia, Vera
preparó todo para su proceso de sucesión: cesó de un plumazo a los integrantes
de la anterior Junta de Gobierno y se armó una a modo, que hoy preside René Santoveña, de quien lo menos que
se cuestiona es su gusto por los vicios caros, esos que deben ser inhalados,
para que el efecto haga.
La
Junta de Gobierno, ideada por el ex rector Gerardo
Ávila García, enchufó a los beneficios del presupuesto de la UAEM, a los ex
rectores René Santoveña, Fernando Bilbao, y Víctor
Mora, cada uno de los cuales, cuesta
a la UAEM poco más de un millón de pesos al año. Otro de los integrantes de la
Junta, es Antonio Gómez Espinoza, ex
secretario en la administración de Vera y
jubilado como tal. A los anteriores, hay
que sumar a Enrique Vega Villanueva, también jubilado de la UAEM y; a la
investigadora del CRIM, doctora Mercedes Pedrero Nieto quien,
al parecer es la única que cumple con los requisitos.
Rasón
de sobra para acomodar las cosas a gusto de Vera, es que las esposas de Fernando
Bilbao y René Santoveña, ocupan cargos directivos; Ana
Yarto y Julieta Ortega, disfrutan de altos sueldos, a
pesar de que poco se les ve por sus áreas de trabajo; la primera como
directora del CENDI y, la segunda, como directora de área.
El destape de las cañerías universitarias,
va a embarrar a muchos, especialmente a Alejandro
Vera Jiménez, a su parentela, especialmente a Armando Vetoreti, el constructor preferido de la actual
administración de la UAEM, el altruista y desprendido que presta oficinas y
espacios a la máxima casa de estudios, como las mismísimas instalaciones que
ocupa la Junta de Gobierno.
En más del basurero generado por Vera Jiménez, hay que anotar que a
partir de diciembre del año anterior, empezó a abultar el Consejo
Universitario, luego de abrir “campus”, similares a los “institutos patrulla”
que allá por los 70´s, entregaban certificados a quienes estudiaban por
correspondencia.
Para justificar gastos y asignar obras a
su socio y pariente Armando Vetoreti, el
rector abrió 11 campus en igual número de municipios, en muchos de los cuales
no hay siquiera 50 estudiantes, pero eso sí, hay un director, que cobra lo
mismo, exactamente lo mismo que titulares
de facultades en las que hay hasta 3 mil estudiantes, como la Facultad de
Contaduría, Administración e Informática.
Ayer que cerró el registro de aspirantes
y fueron 9 los que se apuntaron, en busca de la rectoría, cuatro de ellos empujados
por el rector, que son Iván
Martínez Duncker, Jorge Díaz, Rolando Ramírez y Gustavo Urquiza Beltrán.
También se
registraron Óscar Dorado Ramírez, Laura Patricia Ceballos Giles, Lorena Noyola Piña, Rubén Toledo Orihuela y Gerardo Gama Hernández,
Advertencia a la
Junta de Gobierno
La tarde de ayer, en una reunión
con un par de consejeros universitarios de los más influyentes, de los que más
votos disponen, se lanzó la advertencia a Víctor
Mora: no vayan a hacer una pendejada, porque los destituimos, al fin ya
conocemos el camino para hacerlo… No causen más daño, porque entonces, se van
todos.
Hace 16 años se
dictaminó como
peligroso el uso del Edificio Uno
peligroso el uso del Edificio Uno
Los ex
rectores René Santoveña, Fernando Bilbao, Víctor Mora y el actual, Alejandro
Vera, podrían enfrentar un problema legal, de responsabilidad penal, luego
de que ignoraron el dictamen de reforzamiento de estructuras del Edificio Uno,
que se tendrá que demoler, luego del sismo del pasado 19 de septiembre.
El colapso del
edificio, pudo evitarse, si hace 16 años, se hubiera atendido la recomendación
de reforzar las estructuras que soportan el inmueble en el que, hasta el día
del siniestro, se movían a diario alrededor de 5 mil personas, entre
estudiantes, catedráticos y administrativos de la máxima casa de estudios.
En
el Dictamen de Seguridad y Estabilidad Estructural del Edificio Uno de la UAEM,
que alberga a la Facultad de Arquitectura y a la Facultad de Contaduría,
elaborado por el ingeniero Rafael
Catalán Salgado, el mejor especialista en su tipo a nivel nacional, se
recuerda que "HACE DIECISÉIS AÑOS se hicieron extracciones de corazones y
se probaron a compresión y se obtuvieron resistencias que no llegaron a 200
kg/cm2, además que se encontró que el agregado grueso de tezontle, el refuerzo
horizontal es a BASE DE ALAMBRÓN CON SEPERACIONES DE 40 CM y el esfuerzo de
fluencia del acero longitudinal es inferior a 4000 kg/cm2"
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